Si te caes siete veces, levántate ocho.
Caer está permitido. Levantarse es obligatorio.
Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos.
Es duro caer, pero es peor no haber intentado nunca subir.
Nuestra mayor gloria no está en no haber caído nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos.
La victoria pertenece al más perseverante.
Esto se llama perseverancia en una buena causa y obstinación en una mala.
El hombre superior es persistente en el camino cierto y no sólo persistente.
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