miércoles, 22 de octubre de 2008

La esperanza

Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.
Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.
Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.

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